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Muchas veces quise encontrar un lugar de bdsm donde se hable de la parte real y no de la parte fantástica, histórica o didáctica una visión de kienes practicamos el bdsm Real y no solo la parte de goce alternativo en una relación En este blog solo hablo de algunas cosas ke llegue a practicar o ver en el bdsm durante unos 12 años, por ningún motivo estoy recomendando o alentando al público a practicarlas. ver mas sobre mi

La Z con Z de Azotes

Valeria era muy especial para la música, no escuchaba otra cosa que no fuera música electrónica, tal era su fascinación que al año gastaba miles de pesos en asistir a todos los eventos que pudiese ir.


Les voy a confesar que por las noches tengo ciertos episodios "sádicos involuntarios" de los cuales les hablaré mas adelante, asi que ese dia estaba dormido junto a ella y de pronto me levanté con unas ganas intensas de BDSM, casi corrí a mi cajón lo primero que saqué fueron unas esposas y se las puse por la espalda mientras ella aun dormia, claro en ese momento se despertó tapé su cabeza con una funda de tela, le puse una mordaza ( para evitar los reclamos jeje) y la levante, ella estaba un tanto acostumbrada a estas actitudes pues no era la primera vez que ocurria y despues de tantos años viviendo una relación cuasi-24/7 no le quedaba más que dejarse llevar.

terminé por desnudarla, le puse su correa y sus zapatos de tacón, eran aproximadamente las 2 de la mañana, la lleve a la entrada de la casa abrí la puerta y ..... no no esta vez no la saque, ya les contare de aquella vez en otra ocasión. en mi puerta la cerradura era de tal forma que podia sujetar de ahi el arillo del collar, de lat manera que su cuello quedaba totalmente pegado a la pared, ate sus tobillos muy juntos, de manera que no podía moverse.

el toque final fue tomar mis audifonos de alta fidelidad, se los coloqué en la cabeza sobre la capucha y sintonicé una estación de radio llamada "la Z" una estación especializada en música de banda, salsa cumbias, la contraparte de lo que ella disfrutaba, lo puse a volumen moderado y finjí regresar a mi cama. Pero claro no podia perderme del bello espectáculo e imaginarme su cara maldiciendo cada minuto de la hora y media que estuvo ahi.

no soy un amo tan cruel, yo me quede ahi en vigia todo el tiempo, y la saqué del trance con un certero azote en el trasero el cual la hizo brincar pues no se lo esperaba, al terminar tuvimos nuestra respectiva dosis de aftercare y felices a la cama.

eso si, su odio hacia la música grupera se elevó exponencialmente  

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